Estrategias globales de comunicación |
Hace algunos años, antes de que Internet
agitara el mundo de la comunicación, incluso mucho antes de eso, los
periodistas trabajábamos en los medios de comunicación tradicionales, y punto.
Y no hablo del Pleistoceno, hablo de la década de los ochenta/noventa cuando ya
optábamos por trabajar en algo diferente, los gabinetes de comunicación.
Por aquél entonces, era difícil convencer a las
empresas de la necesidad de crear un departamento de comunicación pues se
entendía que se podía subsistir sin necesidad de que alguien “te hiciera una
nota de prensa”. Sigue siendo así ahora y más con la incorporación de los
social media a las estrategias de comunicación. Ahí entraría, esta frase tan
famosa de “mi primo sabe abrir una cuenta en Facebook y seguro que te lo hace
por dos euros”.
Eran tiempos en los que la planificación de la
comunicación pasaba por trabajar la notoriedad, el prestigio de una marca... Era
el marketing informativo (aunque no me gusta demasiado el término en cuestión,
quizás porque el marketing nos quedaba demasiado lejos). Convencer a los medios
de comunicación de que no venías a vender sino a informar. Medir la
periodicidad, temporalizar la emisión de nuestros mensajes. Era en sí, toda una
estrategia.
Se trabajaba una información previamente
seleccionada (se entendía que no todo era comunicable). Se planificaban los
tiempos de emisión y se trabajaban los contenidos (comunicación de contenidos).
¿Cuál era la herramienta más usada? La propia
nota de prensa. Con un formato y una estructura definida, con un objeto en sí
mismo. Difundida a los periodistas y medios de comunicación relacionados con el
tema.
En ellas, no en todas pero si en la gran
mayoría, se “escondían” mensajes publicitarios encubiertos. Pero para esto
había que hilar fino, pues a los periodistas no les gustaba recibir publicidad.
Se enviaba a una lista de distribución (o fax, antes de Internet)
preferiblemente a una determinada hora y se confirmaba su envío e interés
llamando a los periodistas a los que se les había enviado la nota de prensa. Después
de eso, quedabas a la espera de que ese día o al día siguiente se le diera
difusión.
En realidad, las cosas no han cambiado tanto.
Hace unos días, y en relación a esto, Enrique Dans (@edans), en el post “Y en lugar de las notas de prensa… ¿qué?” se quejaba de recibir notas de prensa cuando él no es
periodista. Y debo decir que lleva toda la razón.
Quizás, en esta época de cambio, confundimos
terminologías, conceptos, metodologías y formas de hacer. Sobre todo los
profesionales que hemos trabajado para, por y en el offline. Aún no quedan bien
delimitadas las estrategias y se confunden las acciones.
Estamos en ese tiempo de transición donde
conviven los métodos y los procesos de una comunicación offline, con las formas y los
sistemas de la comunicación online.
Sin lugar a dudas, debemos apostar por una
estrategia global. Y no separar los fines porque el objetivo es el mismo.
Aunque para los profesionales de la vieja
escuela cueste entenderlo.
Queda aún un camino, en donde, quizás la
comunicación pierda algunos valores para ganar en otros. La evolución no debe
suponer una ruptura con el modelo anterior ni tampoco olvidar qué se ha hecho
hasta ahora. En realidad, no difieren muchos los intereses y los objetivos, en
todo caso, los medios y las tácticas. Habría que convertir la amenaza en oportunidad.
Pero hay que ser conscientes de ello y tener claro que los profesionales deben
aportar desde el conocimiento y la experiencia, y a su vez, asumir los nuevos
retos y aprender que no se trabaja solo de una forma sino que las formas han
variado.
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